Molinos de viento que no diezmen nuestra fauna voladora. Ése es el objetivo que marca el futuro de la energía eólica y la razón por la que técnicos de la Junta de Andalucía, empresarios de parques eólicos y científicos se han reunido en el I Congreso Ibérico sobre Energía Eólica y Conservación de la Fauna, cuyas conclusiones se han dado a conocer este fin de semana en Jerez de la Frontera.
Más de 200 asistentes de diferentes países se han reunido en este encuentro para buscar soluciones que reduzcan al máximo los problemas que puedan generar la instalación de nuevos parques eólicos y corregir los que se puedan producir en los ya existentes.
Los resultados del congreso han subrayado la necesidad de que los Estudios de Impacto Ambiental incluyan análisis rigurosos que permitan conocer las especies existentes en el entorno de los parques eólicos, su abundancia, distribución y su evolución espacio-temporal, antes y después de la construcción de un parque eólico, así como la realización de seguimientos estandarizados de los efectos directos e indirectos sobre las poblaciones.
También se ha constatado que los Estudios de Impacto Ambiental deben evaluar en el futuro los riesgos a escala de molino y no de parque, lo que permitirá realizar predicciones de impacto más precisas tras evidenciarse que no existen parques peligrosos, sino molinos peligrosos.
Las partes implicadas, incluidas organizaciones como la Fundación Migres o SEO/Birdlife, han reiterado que se debe seguir apostando por el desarrollo tecnológico que aporta soluciones viables para compatibilizar la conservación de la biodiversidad y el desarrollo de la energía eólica.
Los asistentes han insistido en la necesidad de avanzar hacia una regulación estatal básica que armonice las heterogéneas normativas existentes, así como extender esa regulación normativa al ámbito europeo e internacional. También, y de manera unánime, los participantes en el Congreso han abogado por el rápido establecimiento en España de la energía eólica marina.
Vuelo limpio, energía verde
