“Tenemos el don de nuestras vidas para hacer de este mundo un lugar mejor”. Las palabras son de Jane Goodall, la eminente primatóloga, famosa por sus investigaciones con chimpancés y la defensa activa de ellos y sus hábitats.
Los estudiantes de la Universidad de Sevilla tuvieron la oportunidad de conocer mejor la obra de esta bióloga que, a sus 67 años, sigue viajando por todo el mundo promoviendo estilos de vida más sostenibles con el Planeta. Federico Bogdanowicz, Director Ejecutivo del Instituto Jane Goodall en España, fue el encargado de transmitirle a los universitarios la labor investigadora y social de la célebre primatóloga.
Bodgawowicz destacó que, en los años 60, los chimpancés eran tratados como autómatas: el tesón de Goodall demostró que los chimpancés son seres con una enorme personalidad, capaces de hacer herramientas, cazar, tener conductas territoriales y alcanzar el liderazgo del grupo mediante la tecnología, las relaciones públicas o la violencia. Su capacidad para restablecer relaciones rotas, adoptar posturas altruistas o desarrollar una enorme capacidad memorística demostró también que eran sumamente inteligentes y sensibles. Goodall fue la primera en darle nombre propio a los sujetos que estudiaba, toda una revolución en el ambiente positivista de mediados de siglo pasado. El conocimiento de los primates terminó revolucionando nuestra propia percepción como homo sapiens.
1977 fue un año crucial para la primatóloga: ante la enorme cantidad de peligros que amenazaban a los chimpancés que estudiaba en el bosque de Gombe (Tanzania), decidió crear una fundación que promoviera el papel activo de las comunidades en la conservación de su medio ambiente.
El director del IJC en España recalcó que son siete las grandes amenazas que ponen en peligro la existencia del chimpancé: la deforestación, la caza furtiva, las trampas para otros animales, la explotación en laboratorios, el pésimo cuidado en zoos o circos, el uso como mascotas y su introducción en la industria del entretenimiento.
En este sentido, Bogdanowicz subrayó la enorme responsabilidad de España, como tercer importador mundial de maderas nobles, en la deforestación de las selvas africanas, la explotación legal de los simios en los laboratorios de Estados Unidos o la existencia de programas de televisión como Involución de Antena 3, donde el chimpancé se convierte en un mero objeto de diversión.
El director del IJG destacó, por otra parte, el importante papel que su fundación desarrolla en 27 países de todo el mundo, en los campos de la conservación, el ecoturismo, la ecoinvestigación, el desarrollo sostenible y la educación. De hecho, la filosofía conservacionista de Jane Goodall gira sobre tres puntos básicos: el desarrollo económico sostenible de las personas, la conservación del hábitat y la protección de la biodiversidad.
Uno de los grandes proyectos que actualmente lleva a cabo el grupo español tiene por nombre “Movilízate por la selva”, una campaña para la recogida y reciclaje de los móviles viejos. Los aparatos electrónicos, incluidos los teléfonos, emplean un mineral llamado coltán, que se extrae de las minas del Congo en unas condiciones infrahumanas que han provocado conflictos bélicos, el empleo de mano de obra infantil o semiesclavizada, la destrucción de hábitats de grandes primates y la promoción de la caza furtiva para la alimentación de los mineros.
De este modo, la recogida de móviles y el reciclaje del coltán pretende paliar este conflicto del que, indirectamente, “somos partícipes”, tal y como aseguró Bogdanowicz: en España hay 54 millones de líneas abiertas para una población de casi 46 millones de personas y sólo se recicla el 5% de los móviles.
Como diría Jane Goodall, «cada uno de nosotros cuenta… cada uno marca la diferencia… cada día».
Alejandro Ávila