FUNCIÓN
Investigadora
CENTRO
Instituto Smithsonian de Panamá
Ha pasado de la costa mediterránea al bosque tropical, pero siempre con el mismo objetivo: investigar los efectos del cambio climático en la flora autóctona. Leonor Álvarez Cansino, doctora en Biología por la Universidad de Sevilla, vive ahora en pleno Canal de Panamá investigando, para la Universidad de Wisconsin-Milwauke, “la interacción entre lianas y árboles tropicales”.
“Mi sueño era investigar allí: tanto por la zona de estudio como por el Instituto Smithsonian, que es un modelo de investigación”. Para su centro de trabajo, situado en la Isla de Barro Colorado y al que acude todos los días en barco, no tiene más que elogios: “es un modelo de estudio en ecología excepcional, conoces a gentes de todos lados, hay mucha colaboración entre grupos y el ambiente de trabajo es perfecto… está muy bien para alguien que empieza a investigar”.
La importancia de las lianas
Sobre su investigación concreta, explica que las lianas “son muy importantes porque resisten más a la sequía. No se les ha dado tanta importancia, pero son el 30% de la biomasa de los bosques y compiten por la luz con los árboles”. Aclara que el sentido práctico del estudio es que su aumento ayuda a predecir los efectos del cambio climático sobre la distribución de especies: “cuanto más meses secos (años de El Niño), más periodos de sequía y más biomasa de lianas”.
Una de las aplicaciones potenciales de dicha investigación es el manejo de los bosques para una producción controlada de maderas nobles que evite la eliminación de especies por la tala indiscriminada.
Corredor verde
Considera que en Panamá “queda mucho por hacer” en el terreno de la sostenibilidad y que es “importante aportar nuevos conocimientos para salvar el bosque tropical”, ya que se trata de “uno de los países con mayor biodiversidad: un corredor verde que une Sudamérica con Norteamérica”.
Desde su casa en el Parque Nacional de Soberanía, donde cada mañana desayuna viendo todo tipo de tucanes, colibríes, monos y serpientes, anima al viajero a hacer “turismo sostenible respetuoso con la naturaleza” y propone un recorrido que incluye dormir en un sencillo bed and breakfast de la zona, visitar Barro Colorado y el Parque de Soberanía, disfrutar del avistamiento de aves en el Camino del Oleoducto, embarcarse hasta Contadora para observar las ballenas o acercarse hasta la isla de Coiba para bucear por sus bellos fondos marinos.