¿Cómo contribuir en el día a día a reducir la contaminación medioambiental? La revolución tecnológica que acontece en nuestros días y que afecta a los medios de transporte nos lo pone fácil: la utilización de vehículos híbridos y eléctricos. Por ello, y aunque su uso no esté totalmente extendido, son muchos los que ya lo han puesto en práctica. Según la Asociación Nacional de Importadores de Automóviles (Aniacam), en el primer trimestre del año se vendieron 84 unidades de vehículos eléctricos en España.
En una familia de clase media, suele haber un promedio de dos coches. Por ello, la utilización de vehículos menos contaminantes es una alternativa fundamental para mejorar la calidad del medio ambiente en un mundo cada vez más perjudicado por las prácticas ciudadanas.
El vehículo híbrido combina las características básicas de los transportes mecánicos convencionales con una maquinaria de propulsión alternativa, compuesta por un motor de combustión interna y un motor movido por energía eléctrica a través de baterías. Este tipo de vehículo no sólo aprovecha más la energía sino que, además, reduce el consumo y, por tanto, la emisión de agentes contaminantes a la atmósfera.
La maquinaria de los híbridos permite aprovechar un 30% de la energía generada, mientras que un vehículo convencional aprovecha, como máximo, un 19%. El motor eléctrico posee un generador que recupera la energía acumulada en la batería del coche, se vincula con el transmisor y genera el movimiento.
En cuanto a los vehículos totalmente eléctricos, éstos tienen una función aún más comprometida con el medio ambiente, ya que no utilizan más combustible que la energía eléctrica, eliminando el uso parcial de gasolina o gasoil. Estos vehículos sólo consumen la energía que producen, por lo que no necesitan otro motor alimentado por combustible. No obstante, la integración del vehículo eléctrico es menor que la del híbrido: ni su comercialización está muy extendida ni existe una verdadera red urbana de cargadores eléctricos para las baterías.
En cuanto a la percepción de esta revolución tecnológica por parte de los usuarios, la mayor parte de los ciudadanos apoya la iniciativa, pero no todos están dispuestos a cambiar su vehículo habitual por uno en el que la velocidad sea más limitada ni su autonomía tan reducida.
Uno de los sectores que mejor ha acogido la llegada de los coches híbridos y eléctricos ha sido el de los taxistas. Antonio es taxista en Sevilla desde hace 22 años y, en julio de 2.009, adquirió un vehículo híbrido. Desde entonces, ahorra unos 2,5 litros de combustible cada 100 kilómetros con este vehículo, que no comienza a consumir el combustible de gasolina hasta los 68 kilómetros aproximadamente.
Además, para fomentar la adquisición de vehículos híbridos, la Junta de Andalucía ofrece ayudas de 3.000 euros, porque el precio de este tipo de vehículos es más elevado, y si se estropean son más complicados de arreglar.
Isabel Barragán Vera