Todos los libros han desaparecido. Ni rastro de Robinson Crusoe, ni de Sherlock Holmes, ni de la Historia Interminable. Los tomos de la enciclopedia, las ediciones clásicas de Cervantes, Vernes, Shakespeare, Lope de Vega, la guía de aves de Europa, la de fauna ibérica… Nada, no queda nada, los estantes de la biblioteca están completamente vacíos.
Es lunes por la mañana, la ciudad despierta poco a poco y Pajarito de Soto comprende entonces que todo ha sido una pesadilla. Nuestro cándido petirrojo no termina de creerse que todo haya sido un mal sueño y en seguida vuela a su biblioteca preferida para asegurarse de que los libros siguen allí. Pajarito respira aliviado al comprobarlo con sus propios ojos.
Y es que nuestro petirrojo no sabría vivir sin libros, una auténtica pasión que hace volar su imaginación, le permite conocer otros mundos, saber más sobre la naturaleza, descubrir el Universo, adentrarse por tierras ocultas y zambullirse por las insondables aguas del océano.
A Pajarito de Soto le gusta decir que cuando se abre un libro, se abre una ventana al mundo. Leer significa pararse un rato a pensar, salir de la vorágine diaria para poderte zambullir de nuevo en ella con ideas renovadas. Pajarito sabe que los libros nos hacen mejor: personas más informadas, formadas, creativas. Las páginas de un libro te ayudan a conocerte mejor.
Pajarito de Soto desea que su pesadilla nunca se convierta en realidad: que nunca nos falten las bibliotecas ni las librerías, que sus estantes nunca estén vacíos, que nunca falte ese lector dispuesto a embarcarse en la apasionante aventura del leer.
